Desigualdad, un libro de Galbraith
Retomamos la serie de reseñas de libros con un tema transcendental: la desigualdad. Y qué mejor manera de hacerlo que de la mano de James K. Galbraith, el hijo del célebre economista John Kenneth Galbraith. Os cuento lo que me ha parecido más interesante del libro.
Una idea
Una de las causas de la desigualdad son los cambios tecnológicos, que generan grandes recompensas para los innovadores.Una curiosidad
Una mentira
En microeconomía, se utiliza una función de producción que relaciona la cantidad de factores con la cantidad de producto. En esta, se
usa L (trabajo) y K (capital) como agregados, a pesar de que ya en 1966 Paul Samuelson (del MIT)
reconoció que no se podía usar el capital agregado. ¿En qué unidades se mide?
¿En unidades físicas? No se puede comparar (no es lo mismo tres camiones que dos tractores). ¿En unidades monetarias? Tampoco, porque hay que
depreciarlo.
Una paradoja
En los inicios del capitalismo, los
trabajadores solo se llevaban una parte del
pastel, y los capitalistas el resto. Sin embargo, en la práctica, podían consumir muy poco. El resto había que dedicarlo a la inversión.
Un concepto
“Schumpeter sabía bien que la
innovación era y es un arma de doble filo. Por un lado, reduce los costes e
incrementa las posibilidades de consumo, lo que mejora el nivel de vida, pero
por otro destruye las empresas e industrias a las que desplaza, reemplazando
una red de producción estable, madura, competitiva e igualitaria por un nodo de
producción desigual, monopolístico e inestable. Schumpeter llamó a este proceso
<<destrucción creativa>>, y en su opinión era el motor del progreso
capitalista.”
Una pregunta
“¿Es la inmigración la que
incentiva los salarios bajos, o son los salarios bajos los que incentivan la
inmigración?”
Un dato
En EEUU el impuesto de sucesiones
se puede evitar donando a una organización benéfica.
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