Presentación de "La gran trampa" (II)

Continuamos hablando (ver la primera parte aquí) de la presentación del  libro La gran trampa que tuvo lugar esta semana en Sevilla. Al acto no solo acudió su autor, Daniel Lacalle, como es lógico; sino que estuvo acompañado por el Catedrático de Economía Juan Torres. Como ya vimos en la entrada anterior las ideas del primero, vamos a comentar ahora las ideas del segundo.

Uno de los aspectos que señaló fue que los organismos internacionales sistemáticamente erran en sus previsiones económicas. De hecho, entre ambos autores llegaron a un curioso ejemplo:
Los bancos centrales son como los conductores de un coche, que tienen indicadores de la temperatura del motor que dicen que todo está bien, pero ven por la ventana que sale humo del capó. Sin embargo, como los indicadores señalan que todo está bien, siguen acelerando a fondo.

Ese es el problema de los bancos centrales, que no tienen suficiente información, y esto es consecuencia, explica el profesor Torres, de los estériles modelos macroeconómicos, que están totalmente desfasados y que necesitan adaptarse a la globalización que vivimos actualmente. Así, pone por ejemplo él, los modelos hablan continuamente del tipo de interés, cuando es obvio que no hay un único tipo de interés.

Lo peor es que además de sus carencias, los indicadores son frecuentemente manipulados. Torres señala por ejemplo nos hizo reír cuando dijo: “¿Qué el PIB está bajando? ¡Pues metemos la prostitución!.” Se refería a que este concepto se incluye desde hace poco (junto con las drogas, p. ej.) en el cálculo del PIB.

También alerta (por enésima vez pero parece que habrá que seguir diciéndolo), de que los bancos no saben lo que tienen en sus balances. Esto se debe a que se valora a precios de mercado, luego los activos están sobrevalorados por la burbuja que vivimos recientemente. Quizás así se entienda mejor por qué los bancos pasan los test de estrés que les hace el banco central y a los quince días quiebran.

Además, desmonta el mito de que la automatización nos quitará los puestos de trabajo (de ello ya hemos hablado también en el blog). Para comprobarlo, no hay más que repasar la historia (¡esa gran olvidada!).

Ambos autores, en la Fundación Cajasol, en Sevilla.

No obstante, yo me quedaría no con estas ideas sueltas que he señalado yo porque fueron las que me parecieron más interesantes, sino con el clima de entendimiento que se generó entre Lacalle y Torres. Como muy bien explicó Torres, si uno solo debate con los que opinan como él, entonces seremos una tribu, pero es cuando se debate con el que piensa distinto (como era el caso), cuando realmente se aprende.

Sorprendentemente, ambos economistas (con visiones tan distintas, como es público y notorio), coincidieron en muchos temas: en que no podemos mantener un sistema basado en el crédito como el actual, en que los modelos macroeconómicos hay que revisarlos, en que los indicadores económicos son incompletos, en que los robots no nos quitarán nuestros empleos, en que las pensiones se pueden pagar, en las limitaciones del PIB,…

Como vemos no son cuestiones triviales. En solo una hora fijaos que de puntos en común hubo. Como inició su intervención Juan Torres, ojalá que este clima de diálogo y entendimiento se contagie a toda la sociedad (especialmente en un momento tan necesario para nuestro país).


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