Los juegos del hambre

En el mundo, según la ONU, hay comida para 12.000 millones de personas. Somos 7.200, y aún así 1 de cada 8 personas del mundo pasa hambre. Estos son los verdaderos juegos del hambre. Así empieza el libro El negocio de la comida de Esther Vivas Esteve que os presento hoy.

El hambre por tanto no es una necesidad. No nos tenemos que conformar. Es el modelo actual el que hace que tantas personas pasen hambre.
El hambre no es una fatalidad inevitable que afecta a determinados países. Las causas del hambre son políticas. ¿Quiénes controlan los recursos naturales (tierra, agua, semillas) que permiten la producción de comida? ¿A quiénes benefician las políticas agrícolas y alimentarias? La contestación a dichas preguntas nos dará la respuesta. Los alimentos se han convertido en una mercancía y su función principal, alimentarnos, ha quedado en un segundo plato. Se señala a la sequía [...], pero ¿cómo se explica que países como Estados Unidos o Australia que sufren regularmente sequías no padezcan hambrunas?

Para muestra, tómese el episodio especulativo que provocó la hambruna de 2011 en el Cuerno de África. Encima, uno de los países más afectados, Etiopía, vio como sus tierras eran saqueadas (vendidas a las empresas agroindustriales internacionales) y los campesinos de la zona perdían su medio de vida y eran condenados a pasar hambre.

Unos tanto y otros tan poco

Muchos no tienen qué comer, pero otros tantos lo hacen muy mal (¿fast food?). Como bien se dice en el libro, "obesidad y hambre son dos caras de una misma moneda".

Tampoco nos olvidemos de las cantidades ingentes de comida que se tiran diariamente: en el campo cuando el precio cae; en los mercados mayoristas, que son un verdadero "certamen de belleza"; en los supermercados, porque para tener siempre las estanterías llenas hay que tener muchos productos, que en ocasiones caducan o no se venden; en los restaurantes, por la mala planificación y las raciones excesivas; en los hogares, por comprar lo que no necesitamos, por ejemplo, cuando no nos podemos resistir al 2x1;...


El viaje alrededor de la Tierra

No hay que olvidar tampoco que la comida que nos llega al plato ha recorrido seguramente miles de kilómetros, con el consiguiente impacto medioambiental, económico, social,... La piña es uno de los ejemplos más conocidos. La mayoría proviene de Costa Rica, donde dos multinacionales estadounidenses controlan la producción, imponiendo jornadas de doce horas a trabajadores sin papeles, con salarios de miseria, sometidos a sustancias tóxicas,...

La PAC, en entredicho

El libro también denuncia que hay dados de alta en España 350.000 trabajadores del campo, ¡pero hay 910.000 receptores de ayudas!

Las mujeres, las grandes perjudicadas 

¡Cómo no! Las grandes olvidadas. Porque las mujeres en muchos países no pueden poseer la tierra. En otros, si se divorcian, pierden sus terrenos. Y qué decir de los casos de mujeres literalmente fumigadas. ¡Pero vaya tela con los países subdesarrollados! ¡Qué incultura! Pues no amigos, el caso está documentado y ocurrió en las Islas Canarias hace unas décadas.
<<Nosotras en el llano y pasar la avioneta por encima de nosotras fumigando. Y nos quedábamos enchumbadas como cuando te cae una lluvia, igual. Todas llenas de veneno>> [...] <<No conocí los guantes, no conocí unamascarillas, no conocí lavarme las manos para sentarme a comer, porque allí no se decía nada>>.
Por eso la economía feminista acuñó el concepto de economía del iceberg: solo vemos una pequeña parte, pero se nos olvidan todas las tareas, cuidados,... que hay detrás para que el sistema no se venga abajo. 


¿Qué comemos, cuánto comemos, cómo comemos, a qué coste comemos,...? En fin, un libro para pensar.


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