Hacer que Venezuela grite


Desde hace un tiempo, he estado ocupado y no he podido escribir. No obstante, la campaña mediática actual en torno a Venezuela hace más necesario que nunca ofrecer otra explicación, el lema del blog. Como siempre digo, yo no estoy en la posesión de la verdad absoluta, pero nunca viene mal mirar las cosas con otras perspectivas. Hoy hablamos de Venezuela, de política, de economía, de historia,… Un cóctel explosivo que bien se merecería un Óscar si no fuera porque la vida de los venezolanos cuelga de un hilo ahora mismo.

Siempre empiezo mis entradas poniéndonos un poco en situación. Pero la exposición es tan masiva que supongo que más o menos todo el mundo está ya al corriente: Guaidó se autoproclamó (algo que también intentó hacer Hitler, por cierto); que si reconocemos a Guaidó, que si no; una Asamblea, la otra;... Quien quiera repasar un poco, puede ver este vídeo de Ana Pastor. Si estamos listos, vayamos al grano.

La historia se repite

Casualmente justo me acabo de terminar el libro de Noam Chomsky ¿Quién domina el mundo?, que me ha venido como anillo al dedo para entender lo que pasaba. Cuando ha estallado el tema Venezuela, lo primero que hice fue desconfiar. Porque Chomsky relata en su libro cómo Estados Unidos ha intentado imponerse en Irak, en Afganistán, en Libia, en Cuba,… a cualquier precio.  ¿Será Venezuela una excepción? Lo dudo.





Saber historia es hoy más importante que nunca. Recordemos qué pasó con Chile, donde Estados Unidos financió una dictadura, más favorable a sus intereses.
Las empresas estadounidenses, tales como el gigante de las telecomunicaciones ITT, la fabricante de refrescos Pepsi Cola y monopolios del cobre como Anaconda y Kennecott, presionaron al gobierno estadounidense cuando Allende nacionalizó el cobre el 11 de julio de 1971. Los chilenos celebraron ese día como el Día de la Dignidad Nacional. La CIA comenzó a contactar a sectores de las Fuerzas Armadas que parecían en contra de Allende. Tres años después, el 11 de septiembre de 1973, estos militares se movilizaron contra Allende, quien murió en la operación de cambio de régimen. (Fuente: Sin permiso)
Irak, otro ejemplo de manipulación masiva.

¿Cómo podemos estar tan seguros de que Estados Unidos está detrás de todo? El historiador William Blum ya lo explicaba en 2002:
Por la misma razón por la que sabemos que el sol saldrá mañana por la mañana. Siempre ha sido así y no hay razones para creer que mañana será diferente.

Los objetivos de Estados Unidos

Venezuela tiene sus virtudes y sus defectos, pero tiene algo que nadie tiene: la mayor reserva de petróleo ¡del mundo entero! Evidentemente eso es una golosina muy suculenta para Estados Unidos, que consume muchísimo petróleo. Como lo de las energías renovables no va con ellos, qué mejor que el petróleo venezolano. A esto hay que añadir que el fracking es cada vez más claro, luego hoy mejor que mañana.

La cercanía del petróleo venezolano es una ventaja frente a otras reservas (Fuente)


Para algunos he aquí el quid de la cuestión. Otros le quitan importancia porque EEUU ya le compra petróleo a Venezuela y porque el petróleo venezolano es más pesado y por tanto más caro de producir (algunos contraargumentos pueden leerse aquí, aquí y aquí).

Sea como fuere, creo que hay que poner las luces largas y ver el problema de fondo. Durante todo el siglo XX Estados Unidos había conseguido favoritismos para sus empresas en Venezuela. Hugo Chávez llegó y nacionalizó el petróleo. Fin del chollo. Desde entonces, Venezuela es un niño rebelde. Tampoco gustó nada que Venezuela se opusiera al FMI (que es básicamente lo que Estados Unidos diga) en el famoso Caracazo de 1989. Y a los niños malos hay que castigarlos. Pero Estados Unidos no solo aspira a controlar Venezuela, sino América Latina. Chomsky lo explica en el libro al que antes aludía: la doctrina Monroe (el deseo de Estados Unidos de controlar el globo terráqueo). Un reto que se complica con el crecimiento de China (y el papel de Rusia).

¿Y por qué quiere Estados Unidos controlar el mundo? Porque es lo que las grandes multinacionales quieren. La respuesta del libro ante la pregunta de Quién domina el mundo es precisamente esa: las grandes compañías (perdón por el spoiler). Esto no es una conspiración o algo dicho por decir, es que el propio John Bolton, asesor de Seguridad Nacional (un eufemismo que daría mucho de sí) de Trump declaró abiertamente que habría una diferencia significativa si las compañías petrolíferas estadounidenses pudieran invertir y producir en Venezuela (Fuente). ¿A alguien le quedan dudas a estas alturas? Sigan leyendo:
En 1954, el Consejo de Seguridad Nacional de Eisenhower establecía que el primer objetivo de la política estadounidense en Latinoamérica era el de «crear un clima político y económico propicio para la inversión privada» (Fuente: Público)

Dicho sea de paso, ya que el muro con México se está retrasando, Trump ha encontrado una magnífica manera de Make America Great Again.

EEUU se cree que el mundo es suyo, y no le importa saltarse el derecho internacional, que solo permite atacar un país si supone una amenaza directa (que no lo es, porque todos sabemos quién ganaría una hipotética guerra Venezuela-EEUU) o si hay autorización del Consejo de Seguridad de la ONU (tampoco la hay, al contrario, la ONU se mantiene prudentemente al margen).

El pretexto oficial

Evidentemente, nada de esto se cuenta en la televisión. ¡Menos mal que existe Twitter! Si ya nos podemos fiar poco de nuestros políticos,de los medios de comunicación, menos. "Un estudio de los archivos de The New York Times muestra que el consejo editorial del medio ha apoyado 10 de 12 golpes de Estado con respaldo estadounidense en América Latina [en los otros dos fue neutral o ambiguo]." ¿No es raro que Estados Unidos nunca se equivoque? Y no nos pensemos que en España vamos mucho mejor (aquí, aquí y aquí tres ejemplos). ¡Ni la BBC se escapa!

En teoría, el últimatum a Maduro va de salvar a los venezolanos y de los Derechos Humanos. ¿En serio? Podríamos escribir folios y folios de violaciones de los Derechos Humanos, de gente en la miseria,... La diferencia es que ninguno tendría tanto petróleo, por eso no lo vemos en la tele. Tampoco nos olvidemos de que a Trump no le importó lo más mínimo el sufrimiento de la "caravana de inmigrantes".



Sin duda, los medios son cómplices necesarios para que este teatro funcione. Esto tampoco me lo invento yo, sino que está documentado entre los académicos (es lo que se conoce como la teoría del caos). En la tan criticada entrevista de Jordi Évole (Salvados) el pasado domingo, Maduro dijo algo con mucha razón: si nos preguntan por el presidente de cualquier otro país, no sabemos su nombre, pero todo el planeta tiene el nombre del presidente venezolano en la boca. Si bien Maduro dijo muchas otras tonterías en la entrevista, la campaña mediática en su contra yo creo que es innegable.

El últimatum a Maduro incluye además dar vía libre a la ayuda humanitaria. El problema es que se utilice como puerta de entrada al país (¿un paso más a la guerra?). Por si fuera poco, ya se han encontrado armas entre la ayuda humanitaria enviada, lo que apoya la tesis anterior.

La economía venezolana

La economía venezolana es otra justificación de la mala gestión de Maduro. Yo soy el primero contrario a culpar siempre al de fuera de los problemas internos (ya sea en la vida personal, profesional, en la política,...). Eso no impide que efectivamente ese problema existe. Las sanciones de Estados Unidos están literalmente asfixiando la economía venezolana, que es no es más que otra manera de hacer guerra. 

Para entender por qué hay que comprender la economía venezolana. La exportación de petróleo supone la llegada de mucho dinero del exterior a Venezuela. En consecuencia, la moneda se aprecia (es más valiosa). Esto provoca que las importaciones sean relativamente más baratas. Ante esta situación, es más barato importar los productos que desarrollar una agricultura y una industria nacional. Por este motivo, el país depende totalmente de sus importaciones. Si EEUU bloquea el dinero para que no llegue a Venezuela (o le da órdenes a Inglaterra para que su banco central no le devuelva a Venezuela las reservas de oro que le pertenecen), Venezuela no puede comprar sus importaciones, luego se genera escasez y pobreza. Todo esto es posible gracias a que EEUU controla el sistema monetario mundial (de hecho, la Unión Europea está intentado desarrollar uno paralelo para poder ayudar a Irán).

También es un mito que la hiperinflación se deba a que Maduro imprime dinero como un loco. De hecho, las hiperinflaciones nunca se producen por eso. Hay otros factores, como la existencia de un mercado negro con un tipo de cambio paralelo, que son los que realmente explican la inflación galopante. (Si bien es cierto que la política cambiaria del gobierno es responsable de ello también).


¿Y ahora qué hacemos?

El plan sobre el papel parecía perfecto: derrocar a Maduro y poner en su lugar a Guaidó, y que las empresas privadas pudieran hacerse con el ansiado pastel por fin. Pero había un fallo: qué hacer con el pueblo venezolano, que como recordaba Maduro en la entrevista de Salvados, está armándose.

Ahora nos encontramos con un problema mayor. Un puñado de países (apenas el 20%) ha reconocido a un presidente (entre ellos España por las presiones de EEUU que he reconocido el ministro Borrell) que de facto no tiene el poder. Para dárselo solo hay tres vías: "un levantamiento militar, una insurrección armada o una intervención extranjera". A cuál peor. A Estados Unidos le da igual porque está dispuesto a mandar los soldados que haga falta, pero la Unión Europea está en una encrucijada.

Como siempre, nos dicen que no había alternativa. ¡Pero sí la hay! La ONU ha decidido no intervenir. Italia y México tampoco. En su lugar, lo que hay que hacer es dialogar, no provocar una guerra civil:
“Estamos jugando con fuego y tratando de solucionar un difícil conflicto a cañonazos, denigrando al adversario y enfureciéndolo. Nos estamos viniendo arriba cuando lo que se requiere es una mediación discreta, bajar la tensión entre las partes y garantizar el cumplimiento de los derechos humanos. Seguir incentivando un proceso de diálogo político inclusivo, verídico y efectivo que contribuya a recobrar el estado de derecho. Diplomacia discreta.”(Fuente: Público).
Algunos diran que Maduro no dialoga. ¡Pero es que EEUU tampoco! Líderes de peso como Mujica se han ofrecido para alcanzar un consenso, pero ni siquiera le hemos dejado intentarlo.
Venezuela es un país en crisis, polarizado y dividido, donde alentar un escenario de confrontación sólo traerá más tristeza. Un golpe militar o una guerra no pueden ser justificadas por ningún demócrata. Son las armas de la mediación y la negociación política las que tienen que devolver la soberanía a donde ella reside: en la decisión de las y los venezolanos, en elecciones con garantías.Son ellos y ellas, esas personas atrapadas entre doctrinas e intereses; esas personas que, a veces, comen 1 vez al día; esas que piden medicinas de las que dependen sus vidas; esas que pasan horas sin dormir viendo represión y muertos; esas que escuchan la voz quebrada de un familiar que siente miedo; ellas, las que saben lo que es sentir la ajenidad y la reducción, son quienes deben hablar. (Fuente: Open Democracy)
                                                                     

Nota final: Venezuela no es el paraíso

El chavismo ha conseguido muchos avances (ver aquí y aquí). Pero también es cierto que en Venezuela hay inseguridad, hay división, hay hambre, hay inflación, hay corrupción, hay exiliados, hay miembros de la oposición detenidos, periodistas de Europa Press fueron retenidos, Hugo Chávez intentó dar un golpe de Estado, Maduro creó una Asamblea Constituyente cuando le convino, Rusia y China también se aprovechan de facto de Venezuela,... Estoy de acuerdo con todo. De hecho, soy un desconocedor absoluto de la vida en Venezuela. 

Fuente: El Orden Mundial

Lo que me molesta es que los que se supone que tienen que informar desinformen. Ya no tiene el poder el que tiene información, sino el que sabe distinguir la que vale y la que no. Espero que con esta lectura haya ayudado un poco al respecto. Habrá que seguir leyendo entre líneas para saber qué ocurre de verdad en Venezuela, si es que algún día nos enteramos.




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Actualización: Pedro Baños fue entrevistado en La noche en 24 horas y me parece muy interesante su visión.


Dejo el vídeo para los interesados pero resumo algunas ideas claves:

- No se puede descartar un conflicto civil. No hay que valorar solo si el ejército del país apoya a Maduro o se rebela, sino que también hay que tener en cuenta a la policía, los servicios secretos,... controlados por el chavismo y a guerrillas de países vecinos como las FARC que podrían intervenir.

- La geografía venezolana, plagada de ríos y selvas, refuerza la tesis de que la guerra contra Venezuela se hace económicamente, con los servicios de inteligencia,... no con soldados.

- La ayuda humanitaria es un caballo de troya para acceder al país. Es muy hipócrita, porque el valor de la ayuda ofrecida equivale a lo que Venezuela pierde en un solo día por las sanciones impuestas por EEUU. Esto no significa que la crisis humanitaria no exista.

- De hecho, la crisis humanitaria es solo la punta del iceberg. Hay que analizar el problema desde dos perspectivas. Primero, en clave interna de Estados Unidos, ya que Trump ha tenido varios varapalos (el muro, Europa con la OTAN,...). Segundo, en clave geoestratégica, ya que está en juego el control y la estabilidad de América Latina.

La entrevista no tiene desperdicio, es muy recomendable. Para acabar, dejo aquí la pregunta que lanza el señor Baños: ¿qué hubiera pasado si se hubiera autoproclamado alguien en algún otro país grande y "más importante" (como China, por ejemplo)?




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