Por qué no hay que derogar Madrid Central

Este lunes Juan Ramón Rallo publicaba un artículo bajo el título de Por qué sí hay que derogar Madrid Central. Yo no voy a ser menos, y voy a defender por qué NO hay que derogarlo.

Primero, pongámonos en contexto:
  • El PP defendió en su día (Gallardón y Botella) un plan similar al de Carmena. Pero claro, como lo ha aprobado la oposición, y en España la política se limita a deshacer lo que ha hecho el de enfrente pues ya no nos gusta.
  • La contaminación está en mínimos históricos desde 2010.  Además, aparentemente no hay efecto frontera (no ha habido picos de contaminación en las zonas limítrofes con Madrid Central).
  • La adopción del plan fue decisivo para evitar una cuantiosa multa de Bruselas por superar los niveles de contaminación. Si se revierte Madrid Central, la Unión Europea ya nos ha amenazado con nuevas multas.
  • No es cierto que haya afectado negativamente al consumo o a los comercios. A la vista está que a los estantes de las tiendas de Madrid siguen llegando las mercancías. De hecho, una parte de los empresarios defienden Madrid Central.
  • La tendencia en Europa es limitar el tráfico en las ciudades. No tendría ningún sentido ir contracorriente.
Dicho esto, algunos contraargumentos para Rallo:
  • Empieza diciendo que no contribuirá a reducir los atascos. Esto es claramente falso pues son por todos conocidas las declaraciones de Ayuso, la candidata del PP a la Comunidad de Madrid, diciendo que echaba de menos los atascos en Madrid a las tres de la mañana. Es verdad que él se refiere a medio plazo, pero se está hablando de prohibir los vehículos contaminantes para 2040 o 2050 (y no es seguro), lo cual parece algo más de medio plazo. Si nos ahorramos las emisiones todos esos años, pues mejor que mejor. Además, lo normal, así lo prevén nuestros vecinos europeos, es ir haciendo cada vez las medidas más ambiciosas y que el coche tenga menor lugar en la ciudad, luego para cuando aumente el tráfico como prevé Rallo, ya habrá nuevas medidas en marcha.
  • Rallo propone dejar "resquicios" para que quien necesite acceder al centro de Madrid pueda hacerlo. Lo cierto es que esas excepciones ya existen:
Con el objetivo de garantizar las necesidades del distrito Centro, se han establecido excepciones para personas empadronadas en MC, invitados de las mismas, personas con movilidad reducida, servicios esenciales, titulares de plazas de garajes y servicios profesionales, entre otros colectivos, de acuerdo con el horario y calendario establecido en cada caso.
  • Arguye que Madrid Central es regresivo porque los que pueden acceder (los que viven en el centro o tienen coches ecológicos) son los que tienen más renta. En ese caso, lo que habría que hacer es mejorar la progresividad global, compensando a los afectados. Ya hay investigaciones serias que nos dan orientaciones de cómo hacerlo: puntos de recarga públicos, mejorar las subvenciones, mejorar el transporte público,... 
  • Finalmente, el autor defiende, en consonancia con su legítima ideología, que sería mejor un sistema de peajes.  Según él, "[l]as restricciones vía precio son muy preferibles a las restricciones cuantitativas por cuanto permiten que los usuarios que valoran más circular por el centro puedan seguir haciéndolo". Es verdad que otras ciudades europeas han apostado por este sistema. En Londres hay que pagar 14€ por acceder al centro (habría que ajustar esa cifra a la economía española, ¿pero sería progresivo pagar por ejemplo 10€ cada vez que alguien entre al centro de Madrid? No lo parece). Al final, no accedería quien más lo valora, como sugiere Rallo, sino quien pueda pagarlo. Lo cierto es que habría que hacer un estudio más riguroso de qué sistema contribuye más a reducir la contaminación (y los atascos). No obstante, entre Madrid Central, donde los coches que contaminen directamente no pueden entrar, y sistemas de peajes, donde sí pueden siempre que paguen, parece lógico esperar a priori que en el primer caso haya menos contaminación (ceteris paribus). 

En resumen, lo que está claro es que el modelo de ciudad tiene que cambiar. Primero las personas y después los coches, y estos con cada vez menor papel. No tiene sentido hacer otra cosa. El planeta nos los repite cada día.

Fuente

Rallo por lo menos propone una alternativa. Pero los nuevos gobernantes de Madrid todavía no han puesto ninguna. Han destruido sin saber qué quieren construir. A mí personalmente me gusta más Madrid Central tal y como está ahora frente a un sistema de peajes, porque creo que es un proyecto más ambicioso y que en un sistema de peajes consciente o inconscientemente se transmite la idea de que si pagas puedes contaminar. En mi opinión, hay que cambiar el chip, no tenemos derecho a contaminar, no tenemos derecho a cargarnos el planeta.

¡Larga vida a Madrid Central!

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